Proyecto Miedo. Día 3
Querido corona (dejaré de insultarte, pero no diré tu nombre completo, igual que a muchos, mencionar tu apellido me aterra). Ya que me preguntas, te diré lo que me preocupa de tu visita tan prolongada.
Primero la soledad, muchos viven presos en sus propias casas, solos, sin poder salir, sin poder saludar el vecino, sin poder ver a sus nietos. Peor aún, los que están solos en las clínicas, esos lugares tan fríos, sin poder tener a alguien que le sostenga la mano y le diga que todo va a estar bien. La soledad me estremece, tanto así, que más miedo le tengo a ella que a ti. Ahora te cuento del hambre, ya sé que no tengo hambre, pero, ¿y los demás? Creo que no tienes idea, quizás tampoco yo la tenga, de todos los seres humanos que encerrados morirán del hambre, porque las grandes empresas ya no los necesitan, porque ese bendito miedo hace que muchos compartan cada vez menos su comida y su dinero, por temor a quedarse sin nada; morirán de hambre porque muchos tienen que priorizar entre comprar la medicina que salva a su hijo, a su papá o a su abuelo antes que comer. El hambre le toca la puerta a la locura y despierta la inconsciencia que juega muy a menudo con la violencia; en una casa que me aterra tener de vecina. En fin, jodido corona, no solo eres tú quien te llevas seres inocentes es el hambre también la que en estos momentos se convierte en tu aliada.
Por otro lado, disfruto estar en mi casa, pero confieso que quiero ir a trabajar. El desempleo no beneficia a nadie, debes de irte, para que todos aquellos que deseen puedan volver a trabajar, puedan ayudar a los demás a través de lo que saben hacer, puedan convertir su talento en el servicio del otro, para que ni el hambre ni la enfermedad toquen su puerta. No sé qué parte de “Ya te puedes ir” no entiendes. Si te vas prometemos no trabajar para enriquecernos, prometemos trabajar para compartir nuestros bienes, para crear maravillas que regalaremos al mundo a través de nuestra pasión y aptitud. Es más, me atrevo a decir que enseñaremos a otros a laborar desde la ética, la empatía y solidaridad. Por eso vete ya, para que la soledad, el hambre y el desempleo no se lleve a una gran parte de la humanidad. Me preguntaste a qué le temía y te contesté, por eso ya te puedes ir.
Foto de Unslash cortersí a de Evgeni Tcherkasski
abbieperez 